Todavía herida después de perder a su líder, Argentina fue derrotada por Bulgaria en el calor sofocante de Dallas, en su último partido de la fase de grupos. Con un flojo rendimiento individual y colectivo, el subcampeón de 2014 no pudo repetir las buenas actuaciones que la habían llevado a la final cuatro años antes, y finalizó en el fondo de la tabla en el puesto 16º, su peor resultado en un Mundial desde 2002 (donde había quedado afuera en fase de grupos).