Otros surrealistas que practicaron el desnudo fueron: Max Ernst, que solía trabajar en collage por su formación dadaísta, y que mostró un gran interés por la irracionalidad y el arte efectuado por dementes: Los grandes enamorados (1926), Jóvenes desnudas (1926), Vistiendo a la novia (1940); y André Masson, interesado en la vía automática (libre asociación de ideas), con una obra gestualista, agresiva, con interés por el sadomasoquismo: Desnudo matemático (1928), camiseta suiza de influencia mironiana.