Un partido muy violento, que muchos ingleses consideran como la «verdadera final de la Copa Mundial». Pese a jugar todo el partido con 10 jugadores, los italianos plantaron batalla y dureza. El hecho de que todavía no se permitían las sustituciones, hizo que los primeros minutos de partido los italianos perdiesen a un jugador por una fractura en el pie debido a una dura entrada de Ted Drake.